domingo, 1 de septiembre de 2013

Praga, la ciudad de las cien torres

Praga se fundó en el siglo IX, a orillas del río Moldava, cuyo cauce atraviesa el centro de la ciudad. Es la capital de la República Checa y cuenta con un millón doscientos mil habitantes. Le dicen, como el título ilustra, la ciudad de las cien torres, pero eso era hace unos cuantos siglos, porque ahora cuenta con aproximadamente quinientas. Ha llovido algo.  

    A Praga también se la llama la ciudad dorada, porque según cuentan (hay alguna que otra versión pero esta es la más popular) en la época del emperador Carlos IV, las torres del castillo de Praga eran doradas. A saber…

    Está situada en el mismo centro de Europa, así que si sus habitantes se pirran por las costas del mar Báltico, lo tienen a 600 Km. Si prefieren el mar del Norte, lo tienen un poco más lejos, a 700 Km. O si se decantan por “pasar el día” en las playas del Adriático, está a la misma distancia, 700 Km.

                                
                  
    Praga forma parte del patrimonio de la Humanidad desde 1992, gracias a su maravilloso casco histórico. Fue Ciudad Europea de la Cultura en el año 2000, formando parte de esa pequeña lista de ciudades que gozan de ese título, gracias a sus muchos museos y galerías con colecciones únicas e importantes salas de conciertos donde actúan artistas de renombre mundial.

    Los checos presumen de haber sido los inventores de la cerveza, pero será en Europa, porque lo que se dice inventor, no tiene. Según algunos antropólogos, hace cien mil años que el hombre primitivo elaboraba una bebida a base de raíces, cereales y frutos silvestres que masticaba para fermentar y el líquido resultante lo consumían para relajarse.


                                               Señor de bronce. El arte está en todos sitios
   

    Busquen la única farola cubista del mundo. Está en Praga. Tampoco se pierdan un espectáculo de Teatro Negro. Montajes muy ilustrativos, con un humor muy tierno e ingenioso.



    Tengan cuidado en el metro. Si van a utilizarlo, no se pasen de estación, porque los inspectores huelen a los turistas de lejos (hay unos oficiales y otros no) sobre todo hacen las inspecciones de billetes a primeros de mes  y puede que se lleven un susto cuando les requisen la documentación y no se la devuelvan hasta que no paguen la multa en efectivo.

                                                  
                                                                Casa de Kafka
         
    No se les ocurra discutirles, allí la policía no va a ir en su ayuda y por mucho inglés que sepan ustedes, se lo guardan para pedir en los restaurantes porque no les va a servir de nada en ese momento, ah, recuerden también no levantar la mano para llamar al camarero. Se ofenden. Ustedes entren al local que deseen y se sientan tranquilamente. El camarero/a les ha visto, no se preocupen, que ya irá a tomarles nota.

Por cierto, Mozart terminó su partitura de Don Giovanni en Praga.

Buen viaje.


Ana Serrano.

domingo, 9 de junio de 2013

Marsella (así, a secas) Fotos: Ana Serrano.

Los franceses tienen a Marsella como si fuera la joya del Mediterráneo y los propios marselleses tienen a su puerto como si fuera el más lujoso del susodicho mar,  pero sólo tenemos que subir un poco más arriba y pararnos en Saint Tropez o en Cannes, donde el barco más cutre que atraca allí es como el de los Borbones. Háganse una idea del resto. Quizá los magnates del Medio Oriente prefieran ir a Marsella con sus palacios flotantes antes que a los otros dos puntos, porque se sienten como en casa, ya que el censo de árabes allí es más alto que en Argelia y Marruecos juntos.



     De lo que sí pueden presumir, es de que es la ciudad más antigua de Francia, ya que la fundaron unos marinos griegos en el año 600 antes de Cristo. También pueden presumir de tener una fachada marítima de casi 60 kilómetros  y de que es Capital Europea de la Cultura este año (2013). También es la segunda ciudad más poblada de Francia (la primera es París)

     Marsella tiene el Viejo Puerto, donde cada sábado los puestos de los pescadores se alternan con los artesanos del famoso jabón y se mezclan incongruentemente el olor a limpieza y el olor a pescado, con la diferencia de que por mucho que nos alejemos del puerto, sólo desaparece el olor a jabón. El otro está presente en cada rincón de la ciudad.



     Cuando salgan del aeropuerto, tienen tres opciones: el taxi de toda la vida, desplazarse en tren hasta la ciudad, o abrirse paso a codazos en la parada del también tradicional bus que sale cada media hora. ¿Por qué elegir el autobús? Porque los taxistas franceses se inventan la tarifa. El billete de tren lo despacha una máquina que sólo le cobra con tarjeta de crédito y no hay opción a pagar en metálico. Si hay algún problema y la máquina se traga la tarjeta,  allí no hay nadie a quien reclamar, así que mejor ir a la tradicional taquilla a comprar el billete y a tener suerte, porque la gente allí, lo de la cola sólo lo asocia al pescado. Literalmente se amontonan en la parada y el chófer del autobús en lugar de poner orden, se limita a abrir los maleteros para que la gente meta el equipaje.

     La Basílica de Notre Dame de la Garde vigila toda la panorámica de Marsella. Pueden subir en la línea del urbano nº 65 desde el Viejo Puerto, que les lleva directo. 



También pueden hacer una excursión en barco para ver “Les Calanques”, les aconsejamos el barco grande, aunque la excursión sea más larga y no les apetezca estar tanto tiempo viendo acantilados, les aseguramos que con lo agitado que está el mar en esa ruta, dos horas en el barco pequeño se hacen más largas que cuatro horas en el grande. Ustedes deciden, ustedes disfrutan.



     La sucesión de restaurantes a la orilla del puerto es infinita, el trato de los camareros es amable a la par que sarcástico y de cualquiera de sus cocinas sale siempre un buen pescado que satisface a la vista y al paladar.                                                             
Disfruten del paisaje y de la gastronomía. Otras ciudades europeas ofrecen la misma cantidad de ambas cosas, en este caso, disfrutarán más de la gastronomía. 


Buen viaje.



Ana Serrano.

jueves, 4 de abril de 2013

Copenhague, la perla danesa. Fotos: Ana Serrano


Copenhague es la ciudad más importante de Dinamarca y está situada en la isla de Selandia. Los primeros datos de su existencia aparecen en 1043. Es el principal centro cultural, comercial y administrativo de Dinamarca, además de ser la ciudad más grande de Escandinavia.  El centro de Copenhague, lo que se llama “la city”, reúne la mayor parte de las atracciones turísticas de la ciudad.  Si pueden, no duden en alquilar una bicicleta, es lo mejor para descubrir una ciudad perfectamente preparada para recorrerla por este medio.



                                                           Entrada al puerto. 



    No se puede ir a Copenhague y no ver el Tívoli. Es como ir a París y no ver la Torre Eiffel.  Es el parque de atracciones más antiguo del mundo y está en pleno centro de la ciudad. Cuando anochece, este parque se ilumina gracias a 110.000 bombillas suspendidas en los árboles.

    Otro lugar espectacular es el edificio de La Ópera de Copenhague, inaugurado en 2005 y con un voladizo de 32 metros. El guía iba de gracioso todo el tiempo y dijo que al arquitecto se le olvidó hacer un aparcamiento, pero dijo que se le olvidó a propósito, cosa que dudamos, ya que cualquier proyecto se supervisa por los interesados y dudamos mucho de que semejante olvido fuera una chulada del arquitecto, sobre todo si tenemos en cuenta que el edificio está rodeado de dos canales de casi 20 metros de ancho excavados después para crear el “efecto isla” , así que el aparcamiento no pinta nada ahí. En España sí lo hubieran olvidado a posta, para obligarnos a ir andando y crear zona peatonal, pero eso los daneses lo tienen más que asumido gustosamente.  




                                                                    La Sirenita.
   


     Después de haber probado la salchicha roja asada, toca la foto que indiscutiblemente demostrará que estuvieron en Copenhague. Posen con Lille Hayfrue, o la sirenita, (que ella fue antes que la de Walt Disney).  Este símbolo mundialmente conocido, visible a la entrada del puerto, fue ofrecido  a la ciudad en 1913 por el hijo del fundador de las fábricas de cerveza Carlsberg, en  honor al escritor danés  Hans Christian Andersen. Esta  estatua de bronce ha sido robada varias veces incluso decapitada, pero afortunadamente siempre ha vuelto a su roca. Seguramente los daneses se la llevan para que vea mundo y que no sea el mundo vaya a verla a ella.




                                                                  Guardia Real.
  


    No olvidemos que Copenhague tiene una reina, con su cambio de guardia y todo. A las 12 del mediodía, como en todos sitios (sitios con cambio de guardia, queremos decir) se desarrolla en la plaza del Palacio Real Amelienborg. Como tenemos la sana costumbre, les deseamos un buen viaje a la ciudad donde Gallardón lloró su derrota allá por 2009 cuando Madrid no fue elegida para los JJOO.

Buen viaje.

lunes, 25 de febrero de 2013

Submarino U-434 (Hamburgo) Fotos: Ana Serrano



El submarino U-434 salió de los astilleros rusos en 1976. Se construyó en sólo ocho meses. Estuvo asignado a la Flota del Mar del Norte Soviética, en la que prestó servicio hasta abril de 2002; a partir de ese año, quedó expuesto al público. Este submarino, es uno de los submarinos no nucleares más grandes del mundo y fue usado principalmente en labores de espionaje.




    El submarino estaba equipado con un sistema de ventilación diseñado para hacer que las condiciones ambientales fuesen lo mas soportables posible y a pesar de esto, la temperatura durante las inmersiones a menudo superaba los 40º  y 60 º en la sala de máquinas. El tiempo máximo de inmersión era aproximadamente de unos 4 días. Después, debían subir  para reponer el suministro de aire.

   Hubo dos grandes  incendios a bordo, en la proa y la popa respectivamente, pero pudieron ser controlados gracias al equipo individual de extinción de incendios de cada compartimento.  Cuenta con un dispositivo de aire, para casos de emergencia, que  contiene un suministro de 20 minutos para cada miembro de la tripulación. El U-434 tiene dos entradas/salidas que podían utilizarse también como escotillas de rescate de emergencia.



       Se puede ver claramente la ondulación de las puertas debido a la presión.

  
    Teóricamente era imposible vivir dentro del submarino por debajo de 80 metros, eso significaba que toda la tripulación estaría condenada a morir en caso de que el submarino navegara sobrepasando esa cifra.  Aunque la muerte también podía sobrevenir por otras causas, por ejemplo, se demostró que el gas clorhídrico provocado por la reacción química del contenido de las baterías, también podría llegar a ser mortal.




   ¿Cómo era la vida en este submarino? Imaginemos meter a 84 personas, que eran los miembros que componían esta tripulación,  en un habitáculo de 90 metros de largo, por 9 de ancho (medidas del U-434). Y como pueden comprobar por las fotos, la inmensa mayoría del espacio está ocupado por cientos de tuberías y válvulas, amén de los torpedos y los víveres, nos queda un espacio escaso en el que apenas podían revolverse. Las comidas debían hacerse de forma rápida por dos cosas, para sustituir a los compañeros de guardia y que éstos se la tomaran aún caliente.

   A la hora de dormir, había una litera por cada tres miembros de la tripulación, por lo que eran ocupadas continuamente, a esto se le llama dormir en “cama caliente” y sólo los oficiales estaban exentos (privilegios obvios). 




   Las misiones duraban poco tiempo por la falta de víveres, pero después aparecieron los buques de suministro de combustible y alimentos, para poder prolongarlas. Al principio, había voluntarios, pero las duras condiciones de navegación hicieron poco a poco que tuvieran que destinar a miembros de la marina a estos viajes de forma obligatoria (en mi pueblo a las aspirantes a reinas de las fiestas también las sacaban a la fuerza...).   




   Por unos diez euros, pueden estar desde que abran hasta que cierren escudriñando todos los rincones del U-434. No hay límite de tiempo para ver esta maravilla. 


lunes, 11 de febrero de 2013

Hamburgo Fotos: Ana Serrano


Hamburgo es la segunda metrópoli más grande de Alemania. El encanto radica en sus palacios mercantiles, paseos lujosos, zonas comerciales y el barrio de Sankt Pauli, por ejemplo (entre otros muchos). Hamburgo es también la ciudad más verde de Alemania y una de las más culturales (Ya, ustedes pensarán "Berlín primero oiga", pero lo de Berlín es más nocturno). 



Unos edificios del famoso barrio de Sankt Pauli.
    




    Su puerto es el segundo lugar de trasbordo de contenedores más grande de Europa y el barrio portuario, también es el proyecto de construcción urbano más grande de Europa. 




Zona nueva del Puerto de Hamburgo.


    
    El antiguo almacén de cacao se ha transformado prácticamente en un gran edificio que acoge apartamentos, un hotel y dos salas de conciertos. Se están haciendo cargo de este proyecto dos arquitectos suizos. Se ha colocado una estructura de vidrio con forma ondulada encima del edificio de ladrillo y está recién inaugurado.

    Existen cincuenta museos en Hamburgo,  porque hay para todos los gustos y aficiones, literalmente. Hay un museo de miniaturas (que consta en el libro Guinnes) donde se puede entretener el más paciente de los visitantes en ver al detalle una superficie de 4.000 metros cuadrados con lineas de ferrocarril, edificios, escenas cotidianas, etc..  El aficionado a la marina tiene un terreno de exposición aún más grande, más de diez mil metros cuadrados. (Decir “amplia“ suena a chiste). 




 Zona comercial de Hamburgo.
    



    Si le apetece pasar miedo, métase de cabeza en el Dungeon, si le gusta el café, también tiene su museo, el vino, el fútbol, el emigrante..(sí, hay un museo del emigrante) De todos éstos, hay dos a destacar: una visita al U-434 (en el puerto Baakenhafen), uno de los submarinos no nucleares más grandes del mundo. Con una profundidad máxima de inmersión de 400 metros, era hasta el año 2002 parte de la flota rusa del Mar del Norte y estaba destinado a submarino de espionaje. El U-434 fue utilizado en acciones especiales, como por ejemplo, misiones secretas frente a la costa este de Estados Unidos de Norteamérica o en largos viajes de patrulla en aguas soviéticas. Su recubrimiento con jebe hacía que el U-434 fuese casi imposible de localizar por los equipos de sónar de los servicios de inteligencia occidentales (una sencilla capa de caucho para pasar inadvertido, qué cosas). Unas pizarras informativas explican de forma muy sencilla, la complicada técnica del submarino. Abre a diario. (Les hablo con más detalle del U-434 en otro capítulo).




Este submarino permaneció en activo hasta 2002.

   


     Otro curioso museo para visitar es el Panoptikum (el museo de cera), existe desde 1879 y  tiene el gabinete de figuras más antiguo y grande de Alemania. Más de 100 personajes de la historia, cultura y el deporte internacional están clonados en cera.  Pueden encontrar (y encuentran), a Goethe, Napoleón, Cleopatra, Picasso, Steffi Graf, Harry Potter, James Dean, Elvis Presley, los Beatles, y por supuesto, a Lady Di y Michael Jackson, imprescindibles en cualquier galería de cera que se precie. El gabinete de historia de la medicina es... Si tienen tiempo y les gusta la medicina, entren y luego cuenten lo que han visto a la hora del almuerzo.

De los hamburgueses se puede decir lo mismo que del resto de los alemanes, no es tan fiero el león como lo pintan. 

¡Buen viaje!

jueves, 7 de febrero de 2013

Qué es ésto

He viajado durante algunos años por ciudades europeas. ¿Qué sentido tiene este blog sino compartir con ustedes experiencias, en esta caso fugaces? No acostumbro a salir con más volumen que una mochila y me sobra. Lo necesario es lo necesario. 

    Mi cámara era en otros tiempos un artefacto con un objetivo enorme, hasta que me la robaron en el metro de Roma. Me di cuenta de que puedo atrapar los mismos detalles con la clásica y sencilla cámara digital de 7 mega-píxeles y las fotos que ven en el blog están realizadas con ella. Ahorrar espacio, ir "ligera de equipaje" hace aligerar también las preocupaciones y dedicarnos sólo a disfrutar de todo, desde que entregamos nuestra tarjeta de embarque hasta que regresamos a casa.

    Soy ferviente defensora de las agencias de viajes. La razón es muy simple: si hay algún problema, ellos responden. Estar perdida en invierno,  a las diez de la noche por un barrio veneciano y no encontrar el hotel ni a nadie a quien preguntar, llamar a la agencia y solventar el problema. Así de efectivo. 

    Este blog junto a otros muchos que ustedes consultarán, pretende acumular experiencias para futuros viajeros a las ciudades que aquí se exponen, vividas en primera persona.

Gracias por su visita.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Dusseldorf Fotos: Ana Serrano


Dusseldorf así a secas, no llama mucho la atención al turismo. Tampoco hace falta que la llame tanto como Roma, donde en ningún día del año, ni de noche ni de día, se puede hacer usted una foto a solas en la “Fontana di Trevi” (a no ser que  ruede una película) y vaya cuando vaya, coinciden canonizaciones, congresos, ferias de moda en sotanas y trajes de monja, etc. Siempre hay algún acontecimiento. 

    A los alemanes, como a otros tantos europeos, les gusta mucho nuestro país y eso es una ventaja para nosotros, porque así,  las líneas aéreas alemanas nos facilitan a su vez,  un sinfín de destinos directos para visitar allí.

    En fin de semana hay gente a la que le agobia hacer la maleta y no sabe qué llevarse para no salir en las fotos con la misma ropa (que las conozco) así que es impensable decirles que se vengan de viernes a domingo a cualquier lugar de Europa: “Es que no se puede ver nada y te pasas el tiempo en el trayecto”-te dicen-.

    Después de eliminar al personal que se agobia, tenemos la modalidad “No sé, ya veremos”.  Ya veremos, pero si te lo estoy diciendo con dos meses de antelación, ¿Qué tienes que hacer ese fin de semana dentro de dos meses? “No sé, igual me sale algo”  ¿Tienes boda?  “No, pero no sé, dímelo más adelante” Más adelante no, porque mañana voy a reservar con tiempo para encontrar buen horario y buen precio. “Bueno, (Aquí viene la expresión que quiere decir NO)  ya si eso, te digo algo”  Vaya tranquilamente a la agencia a ver vuelos y hotel, porque no se van a ir con usted. 

    La maleta para un fin de semana, no tendría que pasar del tamaño de la funda de un ordenador portátil, no hay que llenarla de todo por si las moscas, porque son precisamente las moscas de los controles de embarque las que le van a incordiar todo lo que puedan. Cada vez se ponen peor, pero depende del  sitio y del día que tengan. Cuando digo sitio, me refiero sólo a Barajas. Hay más lío y más mala leche allí que en cualquier otro aeropuerto de Europa. 

A lo que íbamos, e íbamos a Dusseldorf…  



    Hay casi trescientos bares y restaurantes, por eso se llama “la barra más larga del mundo” y muchos de ellos suelen tener mesas altas en la calle. Bastante altas, a mí se me quedan a la altura del mentón, pero claro, huelga decir que están perfectas para ellos. No hay taburetes… ¿Motivo?  Posiblemente sean dos: uno, que de pié controlan mejor la cantidad a tomar y en cuanto se tambalean, paran. (sentados no sería lo mismo) dos, que se cansen antes y se vayan dando paso a más clientela. 


                                             
    Observen esta torre. No se puede catalogar de "estilo salomónico" completo precisamente. Al principio va bien, pero podemos imaginar que pararon para almorzar y cuando reanudaron el trabajo en el andamio, hicieron notar la firma de la cerveza alemana (la autóctona de Dusseldorf se llama “Altbier”). 





A lo largo y ancho de Dusseldorf  puede encontrarse esculturas de todo tipo. Ésta tiene un aire moderno a la par que "semanasantero" (¿La Virgen y el niño?...)






Ésta podríamos titularla “Opulencia y pobreza”, o “mira lo que pasa por cervecear” o “chulería” a secas, puede que el artista quisiera hacerlos a los dos de la misma complexión, pero no le quedaba más material y lo disimuló así.  







Todo está limpio, pulcro. (Lo blanco que se ve en el suelo no son chicles, ojo, son pétalos de las flores de unos árboles que había por allí). La zona del casco antiguo esta adoquinada.  (Como la mayoría de las ciudades europeas) Adoquines como Dios manda,  distribuidos de manera uniforme, con su buen relieve para que aterrice mejor en caso de taconear.  

    

    La Konigsallee,  es la calle comercial de Dusseldorf, algunas joyerías, como la de Cartier, tiene dos personas vigilando el establecimiento. Una dentro, junto a la puerta y la otra frente a la joyería, con pinganillo, ambos de traje negro, muy elegantes ellos, que no paran de mirar a todos lados y si piensa quedarse un rato mirando el escaparate, es el vigilante del interior del establecimiento el que se coloca al otro lado, frente a usted,  a ver con qué artículo se le dilata la pupila más. Da lo mismo; con una mochililla a la espalda, unos vaqueros, una camiseta de Mazinger-Z y unas zapatillas de deporte no le van a abrir la puerta para que entre. 

mbran a hacer en un país que hay pegado a Portugal.

    El camarero se acerca y por muy mal que pida una “pilsen”, se la ponen. Por supuesto, hay infinidad de clases para degustar, pero como ya han visto la fluidez que tengo con el idioma, ni me preguntan de qué clase la quiero, que ya me ha costado pedirla.  A no ser que la carta de cervezas incluya la foto de la botella… (y tampoco). Por cierto,  las máquinas de tabaco no tienen mando a distancia. Para desbloquearla    Percibe la hospitalidad de la gente (lo de Cartier, es un caso aislado). Son amables, no se necesita esa simpatía cargante. La amabilidad y la educación bastan para hacer agradable la estancia en cualquier sitio. 

    A la hora de entenderse, no hay problema, ellos hacen todo lo posible, da igual el escaso inglés que una tenga. Por cierto, nos entendemos mejor en sitios de habla no inglesa, ¿Nos da menos vergüenza hablarlo? ¿Nos da miedo que nos critiquen el escaso vocabulario y el acento, o es sólo timidez? Da igual, no le hacen sentir incómodo ni cuando entra a un pub con aspecto de local para reuniones de la mafia. El camarero y los dos clientes con el vaso de tubo agarrado, miran hacia la puerta cuando se abre, por instinto, simplemente. Ven entrar dos bultos (mi amiga y yo) y siguen a lo suyo, no le repasan de arriba abajo, como acostus, el dueño del bar (o similar) tiene que ir hasta ella y pasar una tarjeta por un aparatillo para desbloquearla y de paso ve si es usted menor de edad.





He aquí un puesto ambulante de material quirúrgico. Ya me hubiera gustado inmortalizar el muestrario más cerca, pero posiblemente le creara una sensación de desagrado al responsable de la venta y le indujera a dejarme la cara dispuesta para usar de urgencia algunos de los artilugios en venta.  





Otra de las esculturas que podemos encontrar en Dusseldorf. Puede ser un padre explicando a su hijo el difícil oficio de la fragua, puede que el mismo padre quiera soltarle un guantazo por cogerle la espada, puede que la espada sea de madera y el crío andaba jugando en la calle y el padre le recrimine porque no esté ayudándole en el taller. El niño no está asustado, está un poco expectante, así que es posible que el padre le esté contando una historia y punto.   





Estos curiosos edificios no son parte de un decorado futurista; están situados en el barrio moderno de Dusseldorf. Se pueden ver en un  paseo en barco por el Rin. Son del arquitecto canadiense Frank Gehry. ¿No resulta familiar su estilo? Diseñó el Guggenheim en Bilbao y también las Bodegas del Marqués de Riscal, que por cierto,  al principio no quería hacerlas, porque no tenía ganas de viajar tanto para un proyecto tan pequeño. Pero le sacaron un vino cosechado en el año que nació y después de  numerosas degustaciones, aceptó encantado. Qué cosas.





Una recreación de los elementos básicos del monte Calvario. Se ve a la legua quién es el preso bueno, que se arrepiente y cree en las palabras de Jesús y quién es el que pasa de todo. Por si el espectador tuviera dudas, observen la pose en la cruz de ambos presos. Hasta el paso del tiempo se ha portado mejor con el bueno, que está más blanco que nadie.


    No hay cosas típicas que comprar, no hay lugares específicamente recomendados para comer o cenar (siempre le dirán aquello de: “Tiiiia, estuvimos en este sitio y nos encantó, tenéis que ir que es chulísimo”). Vayan donde les dé la gana, paseen  y disfruten del buen humor que tienen en todo momento y entren donde les apetezca, porque en todos sitios les atenderán perfectamente. Una de las oficinas de turismo está  en el casco antiguo. No hablan castellano, pero el que se acuerde del francés de E.G.B que lo use, que lo hablan muy bien.






Un último dato. El aeropuerto de Dusseldorf dispone de servicio de dentista. Está de camino a las ”departures”, por si los turistas alemanes que van a embarcar hacia nuestro país, tuvieran que reajustarse las dentaduras postizas y prepararlas para el jamón serrano.

Buen viaje.